He estado viendo al grupo de teatro de mi colegio: Tilmun. La obra es "La Canasta" de Miguel Mihura.
El texto tiene poco desperdicio. Quizá flojea en el segundo acto, en el que los diálogos brillan menos, pero, a cambio, la trama avanza más rápidamente. Ana María y Ramón son una pareja de pequeños burgueses. Ella es una diva de la canción, la voz de Chile - aunque, como ella misma reconoce- no sea de Chile. Él es un hombre en busca de tranquilidad, que sueña con una casa de campo "donde leer y tener una biblioteca con libros godos". En el hotel en el que tienen lugar sus encuentros - ¡desde hace quince años! - Ramón le propondrá matrimonio. Pero la vida que les espera dejará mucho que desear.
Mihura afila la pluma y describe la decadencia - si alguna vez estuvo arriba...- de la burgesía. Los personajes de "La Canasta" están corroídos por una enfemedad de pies a cabeza: la hipocresía. En ellos no es un "flirt" pasajero, sino una patología que ni el paso del tiempo les hará abandonar.
Fernando: " aquí todos jugamos"
A qué juego, pregunta la inocente Ana María.
Fernando: "Al juego del adulterio"
Pero este sólo es un juego más. Y es que, como dice el propio Fernando, "a mí, personalmente me resulta un poco pesado". Una clase que se aburre hasta de su propia diversión.
Los amarres que ofrece el imaginario burgués, parece querer decirnos Mihura, están rotos. No tienen sentido. Por eso, como dice una Ana María tan lúcida como solo lo pueden estar los locos:" Ramón, tú quieres casarte conmigo para estar con otra, para engañarme"
Cuando todo es engaño, parece difícil que la inocencia sobreviva. Por eso Ana María es tan entrañable. Porque, con sus pequeñas ruinas de diva que gusta de ser envidiada, es el entusiasmo loco, puro, desinteresado. Tan puro, innato, que le puede llevar de amar la canción y el espectáculo, a, con la misma pasión, convertirse en furibunda de las labores domésticas y "el teje maneje" con el servicio, al que regatea hasta el último céntimo no por avaricia, sino por pura diversión; como un gato jugando con un ovillo de lana.
La llegada de Doña Paula y Cristinita, madre y hermana de Ana María respectivamente, a la casa del matrimonio, supondrá un punto de inflexión. Y otra vez el derecho y el revés, lo que es y lo que parece ser. Pero Ramón y Ana María ya han empezado intuir que quizá la felicidad se encuentra en ese hotelito de parejas de moral distraída...
He disfrutado y me ha emocionado la obra. Desde que estoy en mi colegio mayor, siempre me había situado en el escenario. Esta vez he elegido estar detrás de la barrera. Y he descubierto que a la vez que se emocionan, emocionan. Y he sentido envidia, mucha envidia. Algo raro, si se piensa que a la vez sentía una inmensa gratitud.
*El texto lo he citado de memoria. Creo que los libros no eran godos, jeje.
** Hoy y mañana, Sábado y Domingo, 19 y 20 de Abril "La Canasta" se representa en el CM Isabel de España, calle Ramón Menéndez Pidal n 5, a las 20:00.
sábado, 19 de abril de 2008
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1 comentario:
gracias Rubia
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