jueves, 27 de septiembre de 2007

Poder mediático

Es tremendamente complejo, a la vez que apasionante, el tema del interés público en la información.

¿Qué noticias deben recoger los medios? ¿ Por qué criterios debe regirse la selección?

En verdad el mundo periodístico está abierto al debate y la reflexión en cantidad de campos: veracidad, interés público, ética profesional o relación entre medios de comunicación y poder. Y muchos más que ahora no me vienen a la cabeza.

Hoy quiero hablar del poder de los medios de comunicación para modificar la realidad e, incluso, construirla.

Mientras escribo esto estoy pensando en dos casos concretos: el de Madeleine y el excesivo bombo a la selección española en el eurobasket 2007.

Son noticias de un interés público relativo, sobre todo la primera. Hay cantidad de niños que desaparecen día tras día en el mundo y sus rostros nos son anónimos, totalmente desconocidos. El planeta (nuestro futuro) mutará por el cambio climático, pero no por el caso Madeleine.

Si algo nos ha enseñado el boom Madeleine, es que los medios de comunicación pueden falsear la realidad y empozoñar investigaciones. Ante el consenso mundial y entrañable en la búsqueda de una criatura, se planta una farsa; un engaño brutal construido por aquellos que parecían ser portadores de los más sanos deseos: salvar a una niña.

Es el momento de preguntarse: ¿No habría que ser más cautos en la publicación y difusión de determinadas informaciones?

El remedio fue peor que la enfermedad. La niña sigue desaparecida, probablemente durmiendo el sueño eterno (nunca mejor dicho).

Con una investigación policial a salvo de las enredaderas mediáticas quizá hubiesemos llegado mucho antes a donde hoy nos hallamos. Quizá ya se sabría la verdad. 2500 pistas falsas se han dado acerca de la niña. La recompensa, también fruto del circo mediático, de 3 millones y medio de dólares ha tenido no poco que ver con dicha profusión de falsas pistas. 2500 pérdidas de tiempo, de recursos, de esfuerzos.

El segundo caso también es reseñable. En un país en el que el baloncesto siempre ha sido un deporte menor (importante pero menor) los medios, la sexta y su entorno Mediapro, han acercado a 12 millones de españoles hasta el televisor para ver canastas y balones.

Si se considera exagerado el comentario, basta comparar una audiencia de un partido Madrid-Barça de la ACB con otra de la selección en este europeo.

A mí se me hace cómico, dos grandes coberturas para dos grandes mentiras: que alguien había raptado a una niña y que España ganaría el europeo.

Creando ilusiones, realidades, farsas: les presentamos al gran prestidigitador, el cuarto poder: ¡¡¡los medios de comunicación!!!

Hablando del sector: ha salido un nuevo diario: público. Situado a la izquierda de el País (no lo digo yo, lo dice el mundo) podéis leer algo acerca de él pinchando aquí. Su mecenas es la cabeza visible y pensante de Mediapro (los que venden la falacia de: por el fútbol gratis, como si ellos no participasen del requeteguay libre mercado): Jaume Roures.

¿Quién es el tal Roures? Descubrelo aquí.

Prometo próximas entregas acerca de Roures y el panorama periodístico español. Que se han quedado, como siempre, muchas cosas en el tintero.

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